Parroquia de Sant Pere de Òdena, arciprestazgo de Anoia-Segarra, diócesis de Vic
[CG, legajo 1674, exp. 2, folios 203-205, el ecónomo Esteban Subirana escribe el 31 de marzo de 1941 al fiscal, aportando]
"cuantos datos me ha sido fácil recoger por conducto de personas drechistas, y por tanto fidedignas, de esta localidad, y responder a los distintos extremos:
1º Dos son los sacerdotes asesinados por los rojos en este distrito parroquial: el Rdo. P. Ignacio Casanovas Perramón, escolapio, natural de esta y residente en Barcelona, el cual, para escapar de la persecución cada día más recrudecida, tuvo la mala ocurrencia de irse a refugiar en su misma casa natal, denominada ·Ca'l Brunet". Como en ella vivía entonces su madre, la propietaria, sospecharon fundadamente los rojos que sería muy probable pudiera encontrarse al lado de su madre el hijo religioso. Así que, capturado de improviso en su misma casa, se lo llevaron a un Km. escaso de ella, y allí le fusilaron, dejando abandonado el cadáver, que mandó recoger e hizo dar sepultura su desconsolada madre.
El otro sacerdote asesinado fue el Rdo. D. José Forn Lladó, que se hallaba refugiado desde algunos días en la casa denominada "Jantorras", propiedad de D. Francisco Torrallardona. Habiendo sido denunciado por un espía al comité, sin pérdida de tiempo fueron a buscarle, y acompañándolo a unos dos kilómetros de distancia, le fusilaron y abandonaron también su cadáver. Estas son, de entre los varios asesinatos que aquí hubo, las dos únicas personas de quienes consta que la causa inmediata de su muerte fue su significación religiosa. Desde luego que hubo otros intentos frustrados. En ambos casos reseñados se ignora, y más bien se cree que no se dieron a las víctimas señalados malos tratos.
3º Los templos destruidos, saqueados y profanados dentro de esta demarcación parroquial son los siguientes: El templo parroquial, de un valor inmenso, y casa rectoral contigua al mismo, que fueron saqueados y destruidos totalmente por incendio por los rojos, quedando en pie algunos muros casi inservibles. La capilla de San Miguel, de estilo románico, también saqueada y destruida por incendio. La capilla de San Sebastián, y la de San Isidro, incendiadas y saqueadas. La capilla de casa Maciá, propiedad de María Vives Gibert, asesinada junto con su esposo y el Sr. Procurador, fue saqueada y desvalijada; quedando, con todo, en relativo buen estado. Por último, la capilla de San Bernabé, propiedad de Ramón Jorba, destruida por incendio.
4º Como profanación señalada en objetos del culto divino, se destaca la que se sometió públicamente con la imagen mayor de Cristo crucificado, que fue cortada a pedazos con un hacha y, haciendo de los mismos una hoguera en la que calentaban la comida, según dicen, e invitaban a los demás.
5º Ignoro que, fuera de de los comunes, haya otros hechos interesantes, demostrativos de persecución religiosa."
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