Sant Esteve de Cervelló, arciprestazgo de Sant Vicenç dels Horts, diócesis de Sant Feliu de Llobregat (ver en el mapa).
CG, legajo 1674, exp. 3, folio 12. El 4 de marzo de 1941 firma José Parcerisa, con sello de la Parroquia de S. Esteban:
"1º. En esta demarcación parroquial gracias al Todopoderoso no hubo sacerdotes, religiosos, religiosas ni seminaristas asesinados. Pero no fue así en las personas de significación religiosa, ya que fueron asesinados por los rojos las personas que a continuación detallo sus nombres:
Concepción Suriá, José Cuscó, José Campderros, Miguel Prat y Pablo Majó.
2º. La Srta. Concepción Suriá, fue asesinada en su propia casa.
José Cuscó, fue asesinado por el comité existente entonces en esta localidad , este señor marchó de Cervelló, trasladandose a Barcelona antes del GMN y era tanto el odio que los rojos le tenían que lograron saber donde trabajaba y allí le sorprendieron llevandosele luego a esta de Cervelló donde pasó todo el día y después de maltratarle fue trasladado de noche y vilmente asesinado.
José Campderros, Miguel Prat y Pablo Majó, estos tres fueron asesinados juntos y en un mismo día. Los componentes del comité que gobernaba aquellos días les pasaron un aviso diciendoles que se presentaran al anochecer en el local del comité a fin de entregar una cantidad de pesetas bastante crecida. Presentados en dicho lugar fueron obligados a subir en un coche y trasladados a la carretera de Martorell donde fueron asesinados.
Según versiones, fueron martirizados, cortandoles incluso la lengua.
3º. Fueron destruidos todos los altares e imágenes de la parroquia.
4º. Fue profanado y saqueado el templo parroquial, igual que el convento de las religiosas terciarias franciscanas de la Inmaculada Concepción y ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Los ornamentos del culto fueron pisoteados e hicieron escarnio de ellos; los vasos sagrados fueron robados y algunos echados al fuego.
Las imágenes fueron totalmente destruidas.
5º. Los hechos más relevantes son la persecución del Rvdo. Sr. cura párroco como también la de su hermano, sacerdote también, la de su madre y hermana a los que incluso fingieron querer saber donde estaban para que, según decían, no les pasara nada, esto después de haberlos perseguido a muerte.
Las religiosas del convento ya citado también tuvieron que huir siendo igualmente perseguidas."
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