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Orencio Luis (Antonio Solá Garriga) y 18 compañeros F.S.C., Antonio Mateo Salamero, sacerdote diocesano, y José Gorostazu Labayen, laico (Madrid). Volver a Beatificación 2013Beatificaciones.

Son conocidoscomo los mártires de Griñón (ver en la página del pueblo la escasa documentación de la Causa general; en esa documentación falta Germán Arribas y Arribas, y en su lugar aparece Eugenio Ordorica Gallo, que no está en la causade beatificación).

En el noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Griñón, según un relato publicado por la revista Iglesia-Mundo, el 27 de julio habían marchado hacia Madrid 59 hermanos de La Salle, que fueron a dar en prisión. Quedaron tres profesores -los hermanos Orencio Luis, Aquilino Javier y Mariano Pablo-, otros siete hermanos ancianos o enfermos y 87 alumnos. El día 28, mientras comían, oyeron golpear la puerta, y al abrir entraron los milicianos, obligando al director, hermano Orencio Luis, a enseñarles las dependencias en busca de armas, mientras los niños salían. Un miliciano quiso obligar al hermano Aquilino Javier a destruir un crucifijo; ante su negativa, él mismo lo descolgó y arrojó al suelo, rompiéndolo a culatazos. En la Iglesia, destruyen el Vía Crucis, las estatuas y las pilas de agua bendita. José Gorastazu -encargado según algunos documentos como zapatero o en la limpieza-, les afeó su conducta, por lo que los milicianos cayeron sobre él con patadas y culatazos, disparándole y dejándole agonizante en el atrio de la capilla, sin que cesara de gritar “¡Viva Cristo Rey!”.

Los milicianos dudaban del carácter religioso de los hermanos al verlos en traje civil y decirles los chicos que eran sus maestros, sin más especificaciones. Algunos volvieron al pueblo para cerciorarse. Otros obligaron al hermano Arturo Gregorio, cocinero, a servirles la comida. Les cachearon, encontrando crucifijos, escapularios y medallas. Luego, brazos en alto, les condujeron a la puerta de la capilla: “Volveos, que vais a morir”, les dijeron. “Nosotros no morimos de espaldas, sino de frente. ¡Viva Cristo Rey!”, fue la respuesta, según lo publicado en Iglesia-Mundo. Allí mismo murieron ocho hermanos. El hermano Arturo, que trataba de proteger a los niños, fue apuñalado y degollado en las duchas. “Algunos días más tarde -dijo un novicio menor- vimos todavía rastros de sangre y trocitos de carne en el salón de duchas”. El hermano Orencio Luis se había refugiado en la carbonera. Al sentir venir a los milicianos salió de su escondite y les dijo: “Me buscáis para matarme; aquí me tenéis; tirad”. Y así lo hicieron.

Algunos milicianos entraron en el patio y comentaron a los novicios: “¡Ya sois libres; hemos despachado a los que os tiranizaban!” Otros dijeron: “Nada adelantamos con matar a los frailes si dejamos la semilla”. Pero no mataron a los chicos, y se fueron unos a Cubas, y otros a Fuenlabrada. Uno de los novicios describió así el panorama: “Cuando llegamos al patio del escolasticado, el cuadro que ante nuestra vista se presentaba no podía ser más horroroso. Estaban derribados por el suelo nuestros hermanos, martirizados de la manera más cruel. Unos con los brazos en cruz, echando sangre por el costado y con la sonrisa en los labios; otros con la mandíbula arrancada del resto de la cara; éstos mirando al cielo, aquellos con la faz pegada al suelo”. Hasta dos días después no se autorizó la sepultura. En Fuenlabrada, un miliciano comentó: “Hemos matado a los frailes de Griñón, pero han sido más valientes que jabatos, pues les mandamos dar un viva a Rusia y nos han contestado: ¡Viva Cristo Rey! Eso sólo bastaba para que los hubiésemos matado”.


Los nombres y edad de estos diez hermanos de la Salle y su sirviente son: Teodoro Pérez Gómez (hermano Mariano Pablo, 23 años), Evencio Castellanos López (hermano Javier Eliseo, 24), Lázaro Ruiz Peral (hermano Crisóstomo Albino, 27), Graciliano Ortega Narganes (hermano Benjamín León, 31), Celestino Ruiz Alegre (hermano Aquilino Javier, 34), Antonio Solá Garriga (hermano Orencio Luis, 38), Germán Arribas y Arribas (hermano Ángel Gregorio, 41), Joaquim Oliveras Puljarás (hermano Arturo), Andrés Merino Báscones (hermano Sixto Andrés, de 61 como el anterior), Manoel José Sousa de Sousa (hermano Mario Félix, de 75 años, portugués), y José Gorastazu Labayen, laico de 28 años.

El 19 de diciembre de 2011 Benedicto XVI autorizó la publicación del decreto que reconoce:

El martirio de los siervos de Dios Luis Orencio (Antonio Solá Garriga) y 18 compañeros del instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de Antonio Mateo Salamero, sacerdote diocesano, y de José Gorostazu Labayen, laico, padre de familia; asesinados en odio a la fe, en diversos lugares de la Archidiócesis de Madrid, España, en 1936.

Esta causa incluía a dos ejecutados el 30 de noviembre en Paracuellos que son venerables pero no entraron en la lista de la beatificación de 2013:

Lorenzo Ontañón Rey (hermano Basilio Julián, de 43 años) y Félix Redondo Olivares (hermano Eufrasio María, de 66 años).

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