La Pobla Llarga, arciprestazgo 29, Sants Bernat, Maria i Gràcia, de la vicaría VII de la diócesis de Valencia.
Vicente Gregorio Rubiols Castelló, de 62 años, fue ordenado sacerdote en 1894 y era párroco de La Pobla Llarga (Valencia) desde 1898. Nunca se había tomado vacaciones, pero tras las elecciones de 1936 le obligaron a dejar la parroquia, a la que pudo volver en junio, para tener que marcharse a Picanya, antes de estallar la guerra. Se comportó con discreción y prudencia pero el día 5 de agosto fue arrestado por milicianos de La Pobla Llarga, que lo llevaron a la carretera de Valencia, y al llegar a la Torre de Espioca, término de Picassent, pararon el coche y lo hicieron bajar. Él vio cuál era la intención y les dijo: “Sólo lo siento porque vosotros, a quienes yo he bautizado, vais a hacer este crimen”. Cuando dirigieron a él las armas gritó: “Viva Jesús sacramentado”. Tras fusilarlo, lo registraron, lo dejaron en postura vergonzosa y lo abandonaron. A los tres días un vecino de su pueblo lo reconoció e hizo que lo enterraran. En el expediente de Picassent en la Causa General (legajo 1385, exp. 8, folio 8) aparece como fecha de hallazgo del cadáver el 5 de agosto. En el de Puebla Larga (1369, exp. 7, folio 6) aparece en cambio como fecha el 12 de agosto y señala a tres sospechosos de participar en el crimen “por denuncia”. Sin embargo, Victoria Soda, vecina de Pincanya, fue testigo de que todo ocurrió el día 4 y nombra (folio 18) a las tres personas que se lo llevaron al comité de ese pueblo, que lo entregó al de Puebla Larga.