Xeresa, arciprestazgo de Sant Francesc de Borja, diócesis de Valencia
En el legajo 1377 de la Causa General, existe un expediente (3) dedicado a esta localidad. En el comentario al pie de esta página se habla de tres monjas mártires beatificadas más una cuarta que no lo ha sido.
La religiosa residente en la localidad martirizada era Antonia Aparisi Peiró, asesinada el 4 de agosto (folio 9), tres hermanos suyos también fueron asesinados (Vicente el 12 de agosto, y José y Fernando el 2 de septiembre). Es posible que su causa no se incoara porque su cadáver no fue hallado, o simplemente porque pertenecía a una pequeña congregación, las Franciscanas de la Inmaculada, que no parece haber incoado causa para ninguna de sus tres mártires:
"De las 59 casas que se tenía antes de la guerra, 17 quedaron inutilizadas. Tres hermanas fueron asesinadas en la guerra civil: Sor Fermina de la Purísima (Emilia Lluch Revert), Sor Angélica de San Antonio (Antonia Aparisi Peiró) y Sor Celia de Jesús Crucificado".
Dos religiosas "del convento de Gandía", Josefa Marlirabal Montaner, Fidela Aller Angelotes, asesinadas en Xeresa el 14 de agosto (folio 11). Sus nombres correctos son María Oller Angelats (madre Fidela) y (madre) Josefa Monrabal Montaner, en la causa de la madre Fidela junto con Catalina Margenta Roura (madre Facunda), cuya muerte martirial reconoció el Papa Francisco por decreto promulgado el 25 de enero de 2015.
Una mujer, laica y casada, asesinada en Xeresa el 22 de agosto de 1936, María Teresa Boluda Sanz, está en el proceso de beatificación de 250 mártiresincoado en 2004 (Miguel Payá Alonsoy 249 compañeros).
A pesar de los múltiples requerimientos de la autoridad civil (que llegan al año 1945), el párroco no escribió el relato de lo sucedido en la localidad, limitándose a remitir a las autoridades eclesiásticas que debían ordenárselo.
Dos puntos con abundante documentación son los relativos a un miliciano de la CNT que había muerto en un enfrentamiento con otros dos milicianos, y sobre el que se pensó que hubiera podido ser calificado de "caído"; y el de uno de los acusados de responsabilidad en los asesinatos, sobre el que bien entrados los años 60 se pregunta por ver si puede autorizarse su regreso.
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